En el año 2011, el porcentaje de titulados universitarios que lograron colocarse en el mercado laboral era de un 43%, ya que el país estaba inmerso en la crisis económica que significó un 50% de paro juvenil y 52% de sobrecualificación entre los que trabajaban...
Esto supuso que la opción de estudiar una FP de grado superior fuera la más segura para poder introducirse en el mercado laboral. Durante los años que han seguido a la crisis, el porcentaje en esta modalidad formativa ha ido aumentando, al igual que la modalidad a distancia.
Por otro lado, el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) indicó que en el 2015 se firmaron más contratos para titulados de FP en general que para universitarios.
Según relatos de algunos jóvenes que han vivido la experiencia, se muestra que tras analizar el mercado, la formación que había a su disposición, planes de estudio y demás, escogieron sus propias prácticas en empresas (obligatorias en FP). Este plan debe de iniciarse a una temprana edad, para plantearse qué es lo que se quiere y cómo se ha de conseguir de una manera eficiente.
Declaraciones del responsable de Orientación Profesional de la Fundación Bertelsmann, ponen de manifiesto que, dado el mercado profesional que existe actualmente, es lógico que los jóvenes quieran decantarse por estudios cortos y específicos que permitan incorporarse al mundo profesional lo antes posible.
Gran cantidad de jóvenes decidieron reciclarse al ver muchas puertas cerradas con sus títulos universitarios y de máster. Y ese reciclaje pasó por estudiar una FP de lo que más les gustara y preparara para el futuro pero sin tener que estar estudiando varios años más, tan solo en dos años tuvieron la oportunidad de construirse su sueño y hacerlo realidad, ya que pudieron entrar a formar parte de grandes empresas.